miércoles, 11 de enero de 2012

TUNING: ¿ESTILO DE VIDA O SOLO UNA MODA? (G3)

Virginia Álvarez y Sara Zabalo

En la actualidad el fenómeno tuning está creciendo y diversificando su mercado entre los jóvenes de 18 a 35 años. Se pretende conseguir un vehículo original, apartándose de su apariencia de serie y orientándolo al gusto propio como forma de diferenciarse de los demás. Tal es este afán de diferenciarse que muchos de los jóvenes de hoy en día, viven “por y para su coche”.


Los orígenes concretos del tuning no están claros, su procedencia más antigua se sitúa en la “Kustom Culture”, una tendencia que surgió tras el fin de la II Guerra Mundial en Estados Unidos. Los jóvenes norteamericanos habían adquirido en la guerra conocimientos de mecánica. Además, el crecimiento de la industria automovilística en Detroit y las nuevas inquietudes de la juventud provocaron que nacieran los “hot rods”, jóvenes con una subcultura y señas de identidad propias que se extienden a la ropa, el lenguaje o la música. Entre ellas, la que sobresale es la personalización de sus automóviles para conseguir modelos más rápidos y ligeros, como forma de identidad e autoexpresión. Todo bajo el lema “hágalo usted mismo” es decir de manera artesanal y por un bajo coste. Actualmente se denomina con el término “hot rod” a modelos clásicos americanos de los años 20, 30 y 40, en los que se han realizado modificaciones respecto a su aspecto original.

Según avanzan las décadas, el concepto de “hot rod” evoluciona y la Kustom Culture deriva en líneas y ramificaciones diferentes, que en muchas ocasiones pierden su carácter trasgresor e inconformista original. Actualmente hasta las marcas de coches más prestigiosas, como Ferrari, Porsche…emplean esta práctica.

En comparación con otros países, la llegada del tuning a España es muy reciente. Se data a finales de los años 90 y su evolución fue una moda que a día de hoy se sigue practicando.



Aparecen diferentes perfiles de consumidores de tuning. El primer grupo que diferenciamos sería el de hombres a partir de 40 años. Son consumidores que se comprar un automóvil y le van introduciendo leves modificaciones, pero sin transformar radicalmente el diseño original del vehículo. Suelen ser modificaciones de alerones, llantas o tapizados. Es gente que disfruta conduciendo a diario. Su perfil es de personas con alto poder adquisitivo, ejecutivos, con modelos como Audi o BMW. Toman el tuning como hobby.

Distinguimos también los jóvenes de 20 a 35 años de clase media. Suelen ser apasionados del tuning, que trabajan y viven con sus padres lo cual les permite gastar todo su sueldo en ello. Viven para su coche, y siempre están pendientes de añadir cualquier novedad que salga. La mayoría son hombres, aunque hay una minoría femenina. Las mujeres jóvenes de este grupo de edad se inclinan más al tema del audio, su preocupación básica es tener un buen equipo de sonido.

Los modelos más tuneados son el 206 y el Volkswagen Golf. Esto es debido a que son dos de los modelos más vendidos entre este grupo de edad, lo cual aumenta su necesidad de distinción respecto al resto.

Después hay un grupo de consumidores que tunea vehículos exclusivamente para exposiciones. Son tunings de exhibición, con preparaciones tan extremas que serían imposibles de llevar a la calle. Este grupo sí tiene un gran poder adquisitivo.

Una de las más importantes exposiciones de tuning es la del SEMA, que se celebra en E.E.U.U. Allí el tuning mueve más de 3000 millones de dólares al año. Hay gente que llega a gastarse más de 100000 dólares en un Hammer y 80000 más en accesorios. En España tenemos varias concentraciones de tuning y las más relevantes son: “Pola de Siero” (Asturias), “Tordesillas” (Valladolid),”Orduña” (Vizcaya) y por último “Montmeló” (Barcelona).

Esta práctica es una manera de sobresalir por encima del resto, y puede entenderse como una forma de romper con la cultura de masas y la globalización que nos impone consumir exactamente lo mismo que la gente que está a nuestro alrededor. Se toma al vehículo como una extensión de la propia personalidad. Se busca la identidad a través de la distinción. Hoy en día hay una gran cantidad de concentraciones de fanáticos, prensa especializada, tiendas de accesorios y eventos. Los medios, especialmente la televisión han influido considerablemente en la aceptación del concepto tuning como moda y estilo de vida. El cine motivó a muchas personas con películas tales como:A2Racer, A todo Gas, El último Viaje, Taxi, 60 segundos. También lo podemos ver en los videojuegos de hoy en día como: Need for speed.

Las publicaciones impresas sobre los coches tuning tienen una aceptación y motivación para todos los consumidores de este fenómeno. Hay revistas gratuitas y online, incluso para bajar e imprimir. Entre las revistas de más tirada tenemos: “GTI Mag de España”, “Max Power”(editada en inglés) y “Maxi Tuning”.

Podemos analizar este fenómeno desde el enfoque de los teóricos postmodernos ya que los hábitos de consumo de los amantes del tuning son una forma de autoexpresión, cuyo objetivo no es ganar prestigio sino que el único fin es diferenciarse y autoexpresarse. En la filosofía del tuning entramos en el mundo del simulacro. Prima la diferenciación antes que la utilidad, es decir, lo importante no es que el coche te sirva para desplazarte, sino lo que expresas mediante la estética y las nuevas y “únicas” prestaciones que tiene tu coche, que a su vez son una extensión de ti mismo. El valor de uso del vehículo queda en un segundo plano.

¿Es exagerado el afán de distinción de los afionados al tuning?

¿Es una cultura o una simple moda?

¿Creéis que el tuning hace que disminuya el valor de uso de un coche?

¿Creéis que se acabará imponiendo el tuning como consumo de masas en España

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