viernes, 11 de noviembre de 2011

POBREZA EN EE.UU.


Damaris Argüelles y Beatriz Castro


En el país capitalista por excelencia, en el país del lujo, del derroche, la fama y el dinero se pasa hambre.

Según datos estadísticos en un año ha aumentado un 20 % la asistencia de personas a comedores sociales y el 55 % de éstos no tienen suficiente comida para repartir.

Desde Coalición contra el Hambre se asegura que: “Uno de cada cinco niños en Nueva York se marcha a la cama con el estomago vacío o sin haber comido lo suficiente". En muchas ocasiones al hablar de hambre, de pobreza pensamos en ciertos lugares como África pero no en EE.UU. el icono por excelencia del dinero.

La situación es alarmante, 45,7 millones de personas de la población de EE.UU sobrevive gracias a los cupones de comida. Este programa llamado SNAP (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria) provee a individuos de escasos recursos, quienes pueden canjearlos por comida en tiendas que acepten los vales. Esta realidad, golpea de manera más fuerte a los afronorteamericanos (donde el 27,4% es pobre), y a los hispanos (26,6%), ya que entre ellos la desocupación es más alta y el nivel de calificación más bajo.


Existen tres ayudas claves por parte del gobierno federal: las "estampillas para comida", que, en rigor, no son estampillas, sino una tarjeta de crédito con 200 dólares al mes, una deducción impositiva al impuesto a las ganancias para trabajadores de bajos ingresos; y Medicaid, un programa de salud.

Los cupones de comida ayudan a las personas con pocos recursos a comprar alimentos, pero no son suficientes.

Como se puede apreciar en el gráfico se ha producido un gran incremento en los últimos dos años de la participación de la población en este programa, debido en gran parte a la situación mundial de crisis y a la propia crisis del capitalismo, que realmente es una crisis de trabajo, ya que ha provocado una reducción de los niveles de vida de las personas mediante la eliminación de planes de pensión, ha aumentado el paro, se han reducido también los pagos a planes de salud y han subido los precios de los alimentos, la gasolina, energía, etc. Todo eso ha contribuido a la situación actual en la que se encuentra inmersa la sociedad americana.

Relacionándolo con lo visto en clase podemos observar que en la actualidad la pobreza se relaciona con la incapacidad de consumir mientras que antiguamente la pobreza era sinónimo de falta de trabajo, en esta época se hacía especial hincapié en las clases trabajadoras, trabajo calificado como deshonroso por la clases altas, en la actualidad aunque se ha cambiado el termino por: “infraclases” el concepto mantiene su base general que es la de que aquellos que no pueden acceder al consumo están por debajo (en cuanto a nivel o calidad de vida) que el resto de la población.

“Infraclases” personas que son consideradas como “fallidos consumidores” y como consecuencia son apartados del consumo, aislados, discriminados y reciclados por diversos mecanismos para preservar el bienestar común.

Otro concepto aplicable en la sociedad actual es el de “consumo ostensible” o “consumo ocioso”, la época que vivimos está marcada por una gran materialización, materialización que se extiende a todos los ámbitos. El individuo está cada vez mas esmerado en ganar dinero para gastarlo en cosas que creen que le hacen feliz, relacionando consumo= felicidad. En esta relación ha tenido vital importancia la publicidad y los medios de comunicación, así como el Gobierno que todavía hoy desde la época de la Dictadura de Primo de Rivera han promovido el consumo y valoración positiva del gasto, así como asegurarse de la continuidad del sistema mediante la creación permanente de deseos y necesidades. Por lo que podemos asegurar, que tanto unos como otros han conseguido su objetivo.

¿Creéis que el sistema de cupones de alimentos utilizado en EE.UU. funcionaría en España en estos momentos de crisis? ¿Sería una buena idea? O ¿acaso los viejos valores tradicionales tan arraigados en la sociedad española, como el “honor”, el “estatus” y el “guardar las apariencias” impedirían utilizarlos?

En cuanto al sistema capitalista, en estos momentos de crisis ¿no deberíamos plantearnos un cambio? ¿Realmente existe la igualdad o los ricos siguen siendo ricos y los pobres son los que realmente se ven afectados? ¿Es en realidad un buen sistema?

3 comentarios:

  1. En mi opinión la implantación del sistema de cupones en España no funcionaría. Mucha gente que no lo necesita lo usaría, gastando cupones innecesarios, y otras personas que realmente los necesiten se quedarían sin ellos.
    En relación con los viejos valores tradicionales, no creo que tengan cabida puesto que cuando hay necesidad se dejan de lado.
    De todos modos existen estudios acerca de la solidaridad española y no tenemos tan mala nota: http://www.remaycalla.com/sociedad/%C2%BFhay-hambre-en-espana-el-experimento-del-bocata-en-el-bar/

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  2. COMENTARIO DE MARÍA RODRÍGUEZ:

    A mi me gustaría pensar que sí que funcionaria el sistema de cupones en España, porque es una medida muy buena, pero creo que como dice María, los españoles tendemos la picaresca y a reclamar lo que creemos que nos pertenece. Por otro lado yo sí creo que el honor y el estatus afectarían, por lo menos a una parte de la población mayormente rural o bien de clase aparentemente alta
    En cuanto al Capitalismo, sí que necesitamos un cambio muy profundo.. Porque la continua generación de necesidades que se nos crea por parte de la publicidad hace que nunca podamos estar saciados y no dejar de desear algo mejor. Hoy en día y con el sistema que tenemos se me hace imposible ver igualdad. Es cierto que el consumo se ha generalizado pero aun así nos diferencia y nos hace encasillarnos en un estilo de vida determinado y con él en una posición social.

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  3. Hombre, yo croe que en España podría funcionar, porque 200 euros de comida son muchos euros, y se comería incluso bien. Yo personalmente gasto muy poco dinero al no tener un trabajo fijo, y un cupón así serviría de una gran ayuda, pero entiendo que este tipo de medidas lo único que hacen es ayudar a corto plazo, pues podría ocurrir como en el Imperio Romano cuando se subvencionaba el pan y el circo, la gente del medio rural acudía a la ciudad para que les dieran pan gratis y, al final, nadie trabajaba el trigo para ese mismo pan, y la cosa colapsó.
    Creo que no es bueno depender de esa manera del Estado, pues aplasta las ganas de salir adelante por uno mismo. Pueden existir más medidas, más organizadas horizontalmente, como cooperativas de trabajo, que, además de dar de comer a las personas, las enseñe a llevar a cabo un oficio...

    En cuanto al Capitalismo... no sé de qué forma está instaurado el demonizado "Libre mercado", porque llevo tiempo sin verlo. Si Endesa o Telefónica, por poner ejemplos cercanos, tienen ese poder, es porque el Estado, dentro y fuera de nuestras fronteras, ha hecho presión apra que ambas empresas se enriquezcan más y más. Telefónica fué privatizada pero jamás ha dejado de depender dle beneficio del Estado, el que nunca ha querido tener un mercado de competencia en materias como el teléfono, internet, móviles o luz y gas. Si existiera ese "temido" libre mercado, seguramente las empresas lucharían por bajar los precios, y no sería como ahora: un cártel que pacta precios con el beneplácito de la burocracia estatal. Es decir, hablan de capitalismo, del poder de los mercados, pero los mercados no nos influirían si el Estado no se lucrara con nuestro expolio. Entonces creo que estamos gastando fuerzas y voz contra el enemigo equivocado.

    Describiría a nuestro enemigo como Neoliberalismo, que no es, ni de lejos, ese liberalismo que nació en Cádiz en 1812, si no una especie de juego dialéctico en el que se utilizan los poderes políticos y económicos para el control de la población y de sus necesidades. Es una suerte de capitalismo de estado, corporativismo... sonaría fuerte hablar de fascismo, pero Musolinni fué el primero en darse cuenta de la gran alianza que pueden formar las grandes empresas y el Estado, para el control de la economía de los países, no a través del monopolio estatal, si no a través de empresas amigas y la fuerza estatal. Dime tú si no por qué si una empresa deja de pagar puede acogerse a figuras legales que le permiten ir pagando la deuda poco a poco, y si una persona deja de pagar su casa está fuera a la primera de cambio.

    El quid de la cuestión es que la libertad no nos la van a ofrecer desde arriba, sino que hay que ganarla desde abajo, con movimientos ciudadanos, derechos civiles, lugares autónomos... y no confundir conceptos: el enemigo no son los "tiburones", los tiburones tienen escaño y dan de comer a los tiburones de los despachos, todo a nuestra costa.

    Depender de un bono de comida estatal significaría que el Estado ha dejado de preocuparse por ofrecernos unos estándares de vida aceptables, por lo que habrá que buscarse formas alternativas de llevar la vida.

    Un saludo vendímico!

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